En su sesión inaugural, la Asamblea Nacional designó a sus autoridades, los cargos se repartieron entre ADN, el correísmo y el PSC, que concretaron el pacto para este proceso.
Se consumó el acuerdo entre Acción Democrática Nacional (ADN), el Partido Social Cristiano (PSC), la Revolución Ciudadana, que ayer les permitió repartirse los siete cargos directivos dentro de la Asamblea Nacional.
Con 128 votos, de un total de 137 legisladores, Henry Kronfle, de las filas del PSC, fue elegido presidente de la Asamblea Nacional, para el período 2023 – 2025; no se registraron votos en blanco, solo 9 abstenciones provenientes de los legisladores de Pachakutik y un mínimo grupo de Construye.
En su discurso, Kronfle defendió el pacto logrado para su designación, lo cual fue recurrente entre todos quienes intervinieron ayer, que resaltaron la necesidad de llegar a un consenso, no solo para la elección de las autoridades del Legislativo, sino para brindarle la gobernabilidad que necesita el presidente de la República electo, Daniel Noboa.
“Hoy comienza un nuevo país, el país de las coincidencias, manteniendo las diferencias (…) Hemos dado un primer paso de madurez y responsabilidad con el país, para generar la gobernabilidad que se requiere, anteponiendo las coincidencias y manteniendo nuestras discrepancias, estas últimas enriquecen el diálogo”, afirmó Kronfle.
Sin embargo, el flamante presidente de la Asamblea Nacional recalcó que este compromiso no incluye la intervención en asuntos que tienen que ver con la Función Judicial. “No se debe judicializar la política y politizar la justicia”, puntualizó el presidente del Legislativo, al referirse a la insistencia del correísmo para llevar a juicio político a la fiscal general del Estado, Diana Salazar.
Gracias al mismo acuerdo, fue electa como primera vicepresidenta de la Asamblea Nacional Viviana Veloz, de las filas del correísmo, esta vez los votos se restaron, llegaron solo a 99, pues la bancada de Construye, a la cual se unieron sus excompañeros de Gente Buena, votó en contra.
Veloz también centró su discurso en resaltar las bondades del pacto logrado, lo cual permitió la elección de las autoridades parlamentarias, aunque señaló que no permitirán que se les limite en sus acciones de fiscalización, también refiriéndose al proceso contra la fiscal general y a la reanudación del juicio político en contra del presidente Guillermo Lasso.
“Participamos de este entendimiento para permitir que se organice la Asamblea, pues sin acuerdo político, ninguna fuerza política podría tener la mayoría y eso llevaría a profundizar la incertidumbre y la crisis”, afirmó Veloz.
Sin embargo, la legisladora recalcó que la intensión tampoco es cogobernar con el presidente Daniel Noboa. “Estamos en este acuerdo con fuerzas políticas que piensan distinto, cuenten con nosotros para enfrentar los problemas del país, el nuestro es un apoyo sincero, pero no incondicional al Gobierno”, dijo.
El retorno de Recalde
Eckenner Recalde no solo logró salvarse de la destitución en el anterior período legislativo, en el que fue acusado del cobro de diezmos a sus colaboradores, sino que volvió para ser nombrado el segundo vicepresidente de la Asamblea, en representación de la bancada de ADN (130 votos).
Precisamente por su regreso, agradeció, sin mencionarlo directamente, al correísmo, que ayer le dio sus 51 votos y a finales del 2021, cuando fue procesado por el Comité de Ética de la Asamblea, le salvaron de ser destituido.
Elección de vocalías se complicó
La elección de autoridades fluyó hasta la elección del tercero y cuarto vocal del CAL, cargos que fueron ocupados por Esther Cuesta, de la Revolución Ciudadana (101 votos) y Diego Matovelle, de ADN (131 votos).
Sin embargo, la propuesta de Construye, Amy Gende Calazacón, de Construye (votos), no obtuvo los 70 votos necesarios, por lo que esta votación fue suspendida, por decisión del presidente de la Asamblea; posteriormente se eligió a Jorge Acaiturri, del PSC (votos).